GYFU–GEBO (g)
(Regalo)
REGALO ASOCIACION GENEROSIDAD HOSPITALIDAD
COMPAÑIA
GYFU era el regalo que se ofrendaba a los dioses, el sacrificio de
las víctimas en los antiguos rituales pagamos.
GYFU es una runa tranquila, pacífica y generosa en sí misma,
simboliza que el camino es el esfuerzo colectivo, el intercambio de fuerzas, tanto
entre los humanos, como entre éstos y los dioses, en una atmósfera de
generosidad y paz. Son dos caminos que se cruzan y unen en un punto. El punto
de fusión y unidad a la altura del corazón. El surgimiento del inconsciente
mágico. También es símbolo de sexo mágico, de una pareja o de un grupo de
personas, con el fin de recuperar el inconsciente mágico y aumentar el poder a
través de la fuerza psico-sexual. Es un don, una recompensa, una donación, un
legado, una ofrenda. Los opuestos se reconcilian porque se sacrifica lo más
bajo por lo más alto. Se desprecia la codicia y se prefiere la generosidad.
Anticipa una sólida relación amorosa, un encuentro y unión de mentes y
corazones. Una hermandad con los demás, con dios y con uno mismo. Armonía en la
familia, donde cada uno ocupa un lugar importante sin sobrepasar los demás,
cada integrante de esa familia sabe lo que tiene que dar y, si hiciera falta,
sacrificar para que el grupo permanezca fuerte y unido.
En el camino de la vida, GYFU transita la etapa comprendida entre
los doce y los catorce años, cuando se abandona la infancia y se aprende el
compromiso de la verdadera amistad, la experiencia del enamoramiento, el deseo
de esperar al otro, el sufrimiento en esa espera, y luego saber perdonar y volver a recibir.
Consejo: No hay que tener dudas ni incertidumbre, el camino es
avanzar, y sentir el acompañamiento de
ser parte de un grupo. Tal vez es un grupo de trabajo, una sociedad, o la
familia, la pareja, o las amistades. Es
el momento de darse a otros, conectarse con los demás, pensar en ellos y
entregarles algo de uno mismo: tiempo, esfuerzo, amor, paciencia. Hay que rescatar la fuerza mágica y sentir
que solamente brindando placer y compañía se obtendrán la gratificación y la
realización. Pero no hay que olvidar que, a veces, este camino exige cierto
grado de sacrificio, obligación y privación, de modo que nunca hay que olvidar
los propios principios, deseos y objetivos, para no caer en la situación de
relegarse a uno mismo para que los demás estén felices, situación que
desembocará en la infelicidad. El sacrificio, el regalo de uno mismo del que
habla GIFU, es siempre voluntario,
nunca forzado.
(Fragmento de Manual de Runas)
(Fragmento de Manual de Runas)
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